Han pasado cuatro años desde la última exposición de instrumentos que preparé en la biblioteca antigua, así que ya iba tocando de nuevo. Algunos alumnos repetidores recordaréis el paso por nuestro centro de shekeres, darbukas, djembes, sonajeros, quenas, charangos, litófonos, campanas... los que conservo y cuido en mi casa. Cada cuatro años vuelvo a traer mis instrumentos para que todas las generaciones que pasáis por ese hermoso Instituto podáis gozar de la inmensa riqueza musical de nuestro mundo.
Soy una enamorada de las expresiones musicales de los hombres, mujeres, niños y niñas de nuestro planeta, por eso desde hace muchos años vengo reuniendo instrumentos variados, que compro yo misma en mis viajes o que me regalan amigos viajeros que saben de mi pasión.
Organizados por colores (verde para África, rojo para América, amarillo para Asia, azul para Oceanía y blanco para Europa) mis instrumentos vuelven a descansar sobre las mesas de la biblioteca esperando que saquemos de ellos su pequeña historia. Vuelven de nuevo, sí, para que los disfrutéis tanto como yo. Todos los alumnos del Centro pasaréis a lo largo del día por esta personal exposición y aprenderéis que la música es el verdadero lenguaje universal.
¡Feliz Día de la Música para todos!
